Los Atentados Didácticos a la Literatura..

La literatura es esencialmente un multilenguaje. Es en un capacidad expresiva donde se presenta la posiblidad de construir y deconstruir sentidos vertidos de las más dispares culturas geográficas o cronotópicas. Sin embargo, el estudio estructural y descriptivo del fenómeno que se ha instaurado en las aulas con un verdader rito, culto o protocolo de estudio, ha atentado contra toda voluntad humana escolar de resignificar el contexto en el que vive en base al contenido de la obra literaria.
Es decir, para los profesores de lengua y literatura, tiene más valor desperdiciar semanas integras de clases destinadas a la versificación de una poesía que a la interpretación, comprensión, análisis, relación con el entorno cultural, estudio de los hechos históricos, etc. Ni hablar, de la posibilidad de fomentar la producción literaria propia de cada estudiante.
Debemos mirar de otra manera la didáctica y los planteos pedagógicos, ante las generaciones presentes y las que vendrán; caso contrario, seguirá siendo una resistencia justificable la de los estudiantes ante la clase de literatura.
La eterna contienda entre la obra canónica y la no canónica, se resuelve con facilidad. No le podemos vedar la posibilidad a los estudiantes de tomar contacto con las manifestaciones culturales vivas, que representan sentidos culturales presentes y plantean dilemas existentes en el mundo en el que viven.
Lo que se debe hacer es un puente entre una obra canónica y otra que no lo es. De esta manera hacemos dialogar a dos culturas y acercamos a los estudiantes a las metarreflexiones que propicia la literatura.
Imagínense intentando enseñar la versificación del Mío Cid en un secundario donde asisten más de la mitad de alumnos con problemas de drogas, de contextos marginales, o de internados. Lo que menos quieren es escuchar historias con poco brillo, y menos leer un castellano tan fuera de su alcance, menos versificar, extraer recursos, determinar la estructura, etc.
Pero tal vez sí se puede hacer un camino hacia esa obra. Las obras canónicas, necesitan un camino previo y sin no existe, lo tenemos que inventar. No se le puede pedir a un chico, que no tiene libros en su casa, que nunca fue a una biblioteca, que no lee literatura, que afronte obras como "El Quijote", "La Divina Comedia","El lazarillo de Tormes", etc. Para que eso suceda, la escuela debe diseñar el camino, y cuando hablamos de trayectos, nos referimos al itinerario lector desde el primer año del secundario hasta el último, donde tiene muchas veces, la ardua labor de enfrentar a Borges; porque para entenderlos, los debes enfrentar, él te plantea ese juego. En esa batalla donde siempre gana Borges, es donde con cada lucha resignificas su labor y comprendes sus planteos.
Creo que debemos desestructurar, desarmar el estudio de la literatura y volverlo a armar, pero esta vez para que las nuevas generaciones atraviesen el puente y tomen contacto con las primeras voluntades de un escritor.


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