La Otra Esclavitud:
Cierto día de
evaluación. Entro al aula y me dispongo a distribuir los exámenes, cuando veo
en la pizarra, escrito en caracteres bien grande, una frase: “Profe,
la verdad nos hará libres y la verdad es que nadie estudió”
Tomé una tiza y de
inmediato, escribí debajo: “La verdad los hizo libres de la mentira;
ahora son esclavos de la ignorancia” y entregué uno por uno los
exámenes.
De todas las formas de
esclavitud, la ignorancia es la más letal, puesto que pasa desapercibida en la
gran porción de gente confundida.
El poder, está en manos
de los que adquirieron el conocimiento y muchas veces ellos, se nutren del
desconocimiento popular, la inocencia y la ignorancia de los demás. Sino cómo
se explica tener enchufados mediante planes sociales, a tanta gente para conseguir
votos. Personas que son víctimas de una dádiva desmedida que les atrofia sus
capacidades, sus dones, sus vocaciones.
El epicteto de
Aristóteles “El conocimiento es poder” es demasiado antiguo. Desde aquellos
tiempos, se sabía el valor que tenía el conocimiento para conseguir y para
dominar a otros.
Si bien el estudio, no
siempre garantiza el conocimiento, los que organizan la sociedad, los que
proponen las reglas del juego, los que dispusieron los éxito o los fracasos de
vida desde lo económico, no tienen contemplación alguna: “El que no produce, no
sirve para esta gran maquinaria” y para producir debe estar capacitado y para
ello, se necesita un título que te acredite para hacerlo.
Mucha gente pobre entra
en el círculo vicioso de la esclavitud que engendra la pobreza. Ya lo sostenía
Marx en su teoría sobre el capital. Lo que es más crítico hoy es contar con la
complicidad del estado.
Los pobres, no pueden
recibir la educación suficiente para forjar conocimientos científicos, críticos
y sociales que les permitan salir de la caverna. Recordando aquel antiguo mito
de Platón para explicar la teoría de los dos mundos. El que no sale de la
caverna para conocer el otro mundo, el originario, el que los seduce y los
domina, será eternamente esclavo del sistema de consumo y del salvaje aparato
de corrupción que les succiona la vida y vivirá y morirá creyendo que el
único universo que existe es el de su caverna.
El estado, organizado y
regulado por políticos ya abandonó la preocupación de brindarle al pueblo las
herramientas para analizar y revertir la realidad patria en la que se
encuentra. ¿Será que para conseguir unos votos, no necesitan sujetos pensantes?
Querido estudiante, si
el estado, la familia, las grandes empresas que dominan al mundo y gobiernan
las políticas globales, no se preocupan por ustedes y sus conocimientos o su
esencia humana; entonces, ¿quién? ¿qué harán cuando descubran que nadie se
preocupó lo suficiente por su formación?, y es por eso que no pueden acceder a niveles
de formación mayores, como para conseguir un trabajo digno y salir de la
miseria intelectual y física, a la que nos tienen sometidos.
La escuela, debe
enseñar que la libertad no es una elección de opciones de consumo, sino un
ejercicio de producción de un nuevo modelo de vida y de sociedad, que no
excluya, que no destruya la integridad del medio ambiente y el prójimo.
No estudiar es dar
ventaja a los opresores. No estudiar es rendirse ante la maquinaria infernal de
los que dominan al mundo y poseen todas las riquezas. La esclavitud, tiene
muchas formas. No te duermas. Sin ofender. Si no quieres conocer, estudiar,
aprender; ponte cómodo en tu madriguera, porque allí vivirás y morirás junto a
los tuyos creyendo que eso es todo lo que hay para ti.
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