Los Jóvenes de Espalda al mundo.





Kabir levanta la mano. La clase debate sobre los males del mundo, la droga, la delincuencia, la falta de bondad, la envidia, la corrupción. Sus compañeros no se percatan que él lleva unos segundos con la mano en alto.
Lucas, le da un codazo a Joaquín y le dice, “mirá Kabir quiere opinar” de pronto, en lapsos de unos segundos, con muy pocas intervenciones del profesor, sus compañeros le dan espacio para que hable.
-         Lo que pasa…es que todo está perdido. Nosotros no podemos hacer nada. Nosotros solos no vamos a cambiar el mundo. Somos jóvenes, debemos interesarnos por cosas que tienen que ver más con nosotros: salir, divertirse, festejar…
No todos, de hecho su grupo más cercano, validó su afirmación. ¿Cuál es la responsabilidad social que les atañe a los jóvenes?
Reconocieron que gran parte de la juventud tiene intereses que tienen que ver poco con compromisos sociales.
En la actualidad muchos de los adultos coinciden en definir al joven de hoy como un despreocupado social, un desinteresado por los males que aquejan a su familia, el barrio, la localidad, la provincia o el país. Despiertan una especie de nostalgia hacia la juventud de los años “70”, “80” o “90”.
Tanto en la década del sesenta como en el setenta, la juventud estaba comprometida con la política, con las ideologías, con los movimientos sociales; había un interés social y poético expresado con claridad en la impronta del rock y los intereses militantes, en estos tiempos.
No obstante, en la actualidad los condicionamientos económicos; hecho éste que generó la dependencia de los progenitores hasta edades muy avanzadas, es uno de los causales más frecuente del letargo. En algunos casos, llegan a formar familia, sin tener todavía su hogar propio y ni siquiera un salario. Es decir, viven sin apreciar la verdadera necesidad de la responsabilidad social.
Otro causal, importante es el mundo virtual. El cataclismo provocado por las redes sociales, generó la abulia, y el desinterés por la realidad natural.
Quiero explicar esto con claridad. Existen dos realidades en las que un joven está inmerso. La realidad virtual y la realidad natural.
¿Por qué decimos que no pueden ser la misma? Porque una se desarrolla en el plano del pensamiento y la inactividad física y la otra requiere de acciones reales, de movimientos corporales para el mantenimiento de la armonía.
Pongo un ejemplo cercano. Ante los exacerbados problemas con el agua potable hace un tiempo, se organizó por facebook un encuentro popular para manifestarse y protestar por la potabilización. La iniciativa facebook, reunió a más de 4000 seguidores. Llegado el día de manifestarse, sólo había allí 250 personas. Los demás siguieron anclados a sus computadoras siguiendo los hechos.
Con los jóvenes pasa algo así. La vida les pasa frente a sus narices, mientras ellos están conectados. Cuando se enchufan, pierden la noción del tiempo, del espacio y de los seres del mundo natural.
Sólo acuden a la realidad natural para seguir construyendo su imagen social en las redes mediante la secuenciación fotográfica. Esto ha condicionado la forma de vivir y de actuar de las nuevas generaciones.
En realidad, no estoy atacando el empleo y los beneficios de las redes sociales; simplemente propongo el equilibrio, la parsimonia y la moderación en el uso.
Se imaginan a todas las personas del mundo viviendo únicamente realidades virtuales, sin que nadie se ocupe de lo mundano, de lo terrenal: como un verdadero “Matrix” o como en el cuento el "Peatón" de Ray Bradbury, aquel aventurero que decide un día, en un futuro muy lejano, salir a caminar por las calles de su ciudad, pero es apresado y encerrado en un psiquiátrico, porque nadie puede entender como hizo, lo que nunca nadie quiso hacer en esa ciudad, dejar de mirar  monitores y sus envolventes luces y salir al mundo real.
Lo natural ya reclama por atención.
Para concluir, si los jóvenes de hoy tienen más interés o participaciones sociales digo; en la actualidad los jóvenes de nuestra sociedad, participan virtualmente de las preocupaciones sociales, no obstante permanecen inertes, inactivos, estáticos ante los cambios y las necesidades del mundo natural.

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