Subir al escenario ante la mirada de las Medusas
Es fácil, mirar desde abajo del escenario y tomar la decisión del abucheo o el aplauso. Esperar tranquilos que sean otros los artistas, para ensayar juicios inútiles. O caer derrotados ante la queja y la falta de confianza. Cualquiera puede ser espectador, cualquiera puede quedarse a una orilla del escenario, toda la vida, observando y quejándose de los otros. Eso sí que no cuesta, sólo tengo que tomar el mate y rezongar del mundo que se cae frente a mis narices; y quedarme mirando la trágica obra consumarse. El mundo está lleno de esos trajes humanos, de esa gente maliciosa, que nunca podría tomar el protagonismo ni de su propia vida. No hay maldad más ligera que la indiferencia, el letargo, el desinterés por las necesidades sociales, y peor aún, la crítica destructiva. Dedicar el esfuerzo de dilapidar el error sobre el escenario. Por la gente empecinada en encontrar y resaltar a los cuatro vientos los errores de sus colegas, conciudadanos, compatriotas, por esas pers...