Burla, Discriminación: Bullying
En estos años dentro de las aulas con jóvenes de
distintas edades, algunos ya profesionales recibidos; he podido observar que
uno de los actos de discriminación más insistente y generador de
inestabilidades emocionales, es la "burla".
Además de provocar la violencia verbal y física,
atenta contra el "autoestima", condición psicológica que determina
los éxitos y los fracasos en la vida.
Las ofensas son de todo tipo; por la dimensión de
las orejas, la nariz, la estatura, el color de piel, el apellido, la personalidad,
la nacionalidad, etc. Lo cierto es que comienza siendo un juego, donde la
víctima acepta las burlas y hasta las devuelve si les quedan ganas después de
recibir los golpes, hasta que el punto cúlmine, se produce cuando estalla
alguna de las víctimas y reacciona con violencia.
Mofarse, no sólo es un acto de agresión, sino de
discriminación. Los Nazis comenzaron riéndose de las narices de los
judíos, a quienes dibujaban en sus periódicos, hasta luego aniquilarlos en cámaras
gas, matar sus hijos, usar sus cabellos para hacer calzado, experimentar con
ellos, matarlos de hambre.
Un
estudiante "burlista" es una persona inmadura que no puede ver más
que apariencias de una realidad falsa. No conoce el daño, hasta que no se
lo hacen. Su propósito es generar humor a cualquier costo, y “caiga quien caiga”.
Su única preocupación es quedar como el "mejor" ante los demás. Y a
veces pasa, que el "silencioso" el que tomaron para divertirse: reacciona, devuelve el golpe con una palabra contundente, un golpe físico
que provoca más daño que el del victimario.
Las grandes tragedias de los asesinatos en masa
en EEUU, lo realizaron chicos que fueron durante mucho tiempo objeto de ofensas
de sus compañeros.
El "burlista" al ver que su
contrincante se queda callado y se deja burlar fácil, cree que tiene la batalla
ganada, pero no sabe que quien es víctima, procesa su odio en silencio,
calcula, medita, organiza la contra ofensiva, para ser letal en la devolución.
Hay estudiantes que son un verdadero ejemplo para sus compañeros, que no tienen tiempo para andar buscando apodos, ni deteniéndose
en ofensas vanas. Estas personas, son excelentes oradores, no
tienen complejos, viven felices, no tienen temor de exponerse, ni de subir a un
escenario, ni de actuar o cantar, etc., mientras, que los estudiantes más ofensivos, desprestigian aquellas acciones que los otros hacen, porque ellos nunca se animarían
a hacerlas. Son menos solidarios y se ríen de los que lo son; son poco
deportistas o malos deportistas y se aprovechan de los pequeños fracasos de los otros, encargándose de remarcar sus derrotas.
Muchos de ellos se convierten en burlistas
diplomados por sus compañeros, puesto que son agitados a realizarlas: otro dato
que es cierto, la mayoría que lo hace dice: "con
él charlamos así...” ¿no es cierto que no te molesta?" y no quedándole
otra al pobre, tratando de buscar una tregua con su "captor" dice: "sí...sí...está todo bien" y
se le nota en la mirada triste, en la sonrisa forzosa, en la cara compungida, que no quiere
más discriminación.
Me ha pasado como docente, que una madre oriunda de Bolivia se acercó a contarme que su
hijo no soportaba más las ofensas por su color de piel y nacionalidad que en
nuestro colegio sus compañeros le propinaban: este estudiante se comportaba de
manera muy violenta con los demás, con los instrumentos de trabajo, dando
golpes, vociferando palabras obscenas. Hasta que un día tuve la posibilidad de
preguntarle: me dijo que él no iba a permitir que lo “trapeen” que las
agresiones por su nacionalidad y su color de piel le dolían tanto que terminaba
llorando en la casa, no obstante nunca le dijo a sus compañeros cuánto lo lastimaba,
e incluso jugaba con ellos ese juego.
La mayoría de los actos de violencia surgidos en
la escuela tienen un solo nombre: “Burla” "Ofensa", ahora lo llaman bullying. Es decir, ofensa hacia la dignidad de la
persona quien se siente agraviado, desestimado, minimizado, deteriorado,
calumniado, desterrado, excluido, resentido, atemorizado, deseoso de venganza.
Una forma de acabar con todo esto, es no haciendo
eco de burlas. Los adultos no festejando este tipo de bromas. No riéndose de
las desgracias de los demás. Muchos de los jóvenes imitan a sus padres. Muchas de sus malas actitudes, no son corregidas, al contrario, son aprobadas por el entorno familiar.
Si el personaje del “Burlista” no tiene público, si
sus chistes a nadie provocan gracia, sino un pedido de “ubicación” colectivo,
lo centra, tendrá que cambiar de disfraz, no habrá más discriminación
degradante, ni violencia en reacción y la convivencia dentro y fuera de las
aulas será más feliz para todos.
Les dejo algunas frases para reflexionar al
respecto:
@ “No
hagas con los demás lo que no quieras que hagan contigo” (Confucio)
@ “Cuando hables, procura que tus palabras
sean mejores que tu silencio” (Proverbio Indio)
@ “Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que
juzgar a los demás.” (Antoine de Saint Exupèry)
@ “Aquel que defectos tenga, disimule los
ajenos” (José Hernández)
@ “Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia:
mas donde hay humildad, habrá sabiduría” (Salomón)
@ “Aunque pudiera hacerme temible, preferiría
hacerme amable” (Montaigne)
@ “La Tolerancia es la madre de la paz.” (Gaetano
Filangieri)
@
“La verdad
adelgaza, pero no quiebra. Más vale vergüenza en cara que mancilla en el
corazón…” Miguel de Cervantes Saavedra
Profesor. Damián Vera.
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